En mi cama no solo somos vos y yo, sino ademas todas aquellas
fantasías que cumplimos y a las que nos entregamos con devota
obediencia.
No solo recorro tu cuerpo sino todos aquellos que juntos decidimos crear.
No sólo sos vos quien me posee sino que soy todas las identidades que nuestras historias mas morbosas deciden nombrar.
Somos nuestro deseo hecho infinitas pluralidades lamidas, besadas,
penetradas, poseídas y explotadas intensamente hasta llegar al olvido de
nuestros propios nombres.
Somos carne. Somos fluidos. Somos etéreos.
Somos dos perfectos (des)conocidos.
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